martes, 27 de diciembre de 2016

Princesa Leia⭐

Esta es una entrada más personal.

Sigo pensando que esto es una mala broma, y que Carrie Fisher aún sigue con nosotros, que nunca se ha ido, que todavía le quedan Navidades por vivir, veranos que disfrutar, inviernos de mantas y pelis. 

Pero me doy cuenta que nunca despertare de este mal sueño, que nunca más volveremos a ver a esa gran mujer, que lo ha dado todo por sus fans, en cada película y escena que ha rodado. Siempre ha hecho que su personaje sea querido. Pero a pesar de todo, siempre será recordada como la heroína Princesa Leia, en Star Wars.

Quería darte las gracias, aunque se que nunca leeras esto, que no sirve nada, pero da igual, quiero hacerlo, porque has sido un referente para mi, porque has sido mi infancia y la de muchas personas que han visto tu personaje en esa gran saga. Será muy duro ver las próximas películas si tu no estás, no te imaginas cuanto!!

Me has enseñado que no hay límites, que hay que luchar por tus sueños, y que SÍ se cumplen, pero hay que esforzarse para ello.

ESTO NO ES UN ADIOS, ES UN HASTA LUEGO💜

QUÉ LA FUERZA ESTE SIEMPRE CONTIGO, PRINCESA LEIA

Ha sido un placer vivir esto estando tu presente en nuestras vidas.



domingo, 11 de diciembre de 2016

FUCK YOU SOCIETY.

En esta sociedad de mierda, hay gente que busca las imperfecciones del resto. Se creen superiores por criticar, critican la altura, peso, belleza, incluso lo guarra o puta que eres. 

¿Sabes qué te digo?

Gustate, gustate a ti misma. Quierete, quierete a ti misma todo lo que puedas. No dejes que ninguna persona te haga sentir mal, ni aunque lo intente con todas sus fuerzas. Haz lo que quieras con tu vida, sin que las opiniones del resto te influyan. Ponte la ropa que quieras, pero pontela para tí, tan sólo para que te haga feliz. Habla todo lo que quieras y sobre cualquier tema, ERES LIBRE para expresarte sin que nadie te juzgue.  Llora, pero sólo de felicidad, nadie se merece una lágrima tuya. Y lo más importante, ríe sin límites, merece la pena ser feliz. Que no te importen esas personas que intentan hundirte, tú vales mucho más que eso.

 ¿Triste verdad?

Es muy triste que haya personas que sólo son felices con los males del resto, que necesitan criticar la vida ajena para poder reír, aunque sea sólo un rato. Que le den al que habla sin saber, al que habla con la intención de dañar, al que no sabe por lo que has pasado, lo que estás pasando, y lo que aún te queda por pasar. También al que se basa sólo en tristes apariencias y no se interesa en conocerte, al que no es capaz de vivir su vida en condiciones para andar metiéndose en tu vida.

Cielo, no vivas para gustar a nadie, vive para gustarte a tí, mientras sea así, todo irá mejor. Conseguirás tus metas y tus sueños. Sonreirás sin tener casi motivos, podrás con todo lo que te propongas, aunque esté todo en tu contra. Así que, por favor, sociedad, entiende que NO VIVO PARA AGRADARTE, VIVO PARA AGRADAR-ME.

viernes, 2 de diciembre de 2016

THE END

No sé porque lo hiciste. Yo siempre te consideré la mejor persona de todas, la que siempre estaba ahí cuando la necesitaba, sin importar cuan grandes fueran mis problemas. Bastaba uno solo de tus consejos para que confiara ciegamente en ti. La verdad, habría esperado esto de cualquiera menos de ti; pero una vez más me equivoqué de la peor manera. Lo único que no me dejo de preguntar es porque. ¿Por qué tuvo que ocurrir de esta manera? ¿Tan mal se pusieron las cosas, cómo para que decidieras que ya no valía la pena seguir con esta amistad? Todavía me cuesta creerlo.
Supongo que esto demuestra que tarde o temprano, los seres humanos defraudamos a alguien a quien le importamos. Tengo la seguridad de que no será la última vez que vamos a vernos. La próxima vez que te miré, no encontrarás en mí ni sombra de lo que éramos en el pasado. Si me das la espalda, yo también daré media vuelta y me marcharé, para apoyarme en alguien a quien si le importe.



lunes, 28 de noviembre de 2016

Amor mío, mi amor.




Amor mío, mi amor, amor hallado 
de pronto en la ostra de la muerte. 
Quiero comer contigo, estar, amar contigo, 
quiero tocarte, verte. 

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo 
los hilos de mi sangre acostumbrada, 
lo dice este dolor y mis zapatos 
y mi boca y mi almohada. 

Te quiero, amor, amor absurdamente, 
tontamente, perdido, iluminado, 
soñando rosas e inventando estrellas 
y diciéndote adiós yendo a tu lado. 

Te quiero desde el poste de la esquina, 
desde la alfombra de ese cuarto a solas, 
en las sábanas tibias de tu cuerpo 
donde se duerme un agua de amapolas. 

Cabellera del aire desvelado, 
río de noche, platanar oscuro, 
colmena ciega, amor desenterrado, 

voy a seguir tus pasos hacia arriba, 
de tus pies a tu muslo y tu costado. 

JAIME SABINES: "AMOR MÍO, MI AMOR"







viernes, 25 de noviembre de 2016

No la pierdas


Por favor, no la pierdas. 

No pierdas esa magia que te permite sorprender sin trucos. Mantén esa curiosidad que te lleva a tocar con la yema de tus dedos esas sensaciones que consiguen conectarte con la esencia de la vida. Esos momentos en los que te dices, apenas sin esperarlos, sin perseguirlos y casi sin darte cuenta… 

“Coño, qué guay es la vida”. 

No pierdas ese brillo en los ojos que viene de la mano de cada sonrisa sincera, de cada caricia sin miedos, de cada “te quiero” sin penas. De cada persona que se cruza en tu vida con intención de entregarse a ti al 200% porque sabe que no mereces menos de lo que das. 

No pierdas esas ganas de ser tú con cada otro que conozcas, que la diversidad pueda complementarse y que consigas momentos cómplices con quien poco tienes que ver pero aún mucho que compartir o con quien compartes menos de lo que te gustaría poder ver. 

Sé sincero.
Sé corazón pero nunca coraza. 
Nunca con quien tenga más sueños que vida para compartirla contigo. 

Y quiere. No solo a esas personas, sino a esos momentos. Porque será en ellos donde encuentres aquella parte de ti que echabas de menos. Aquella capaz de improvisar tanto como tus labios cuando esbozas una sonrisa antes de convertirla en carcajada. 

Sé vida en cada mirada que cruces y, que en ella, quien te importe pueda escuchar tus silencios. Porque en ellos será donde digas lo que callas y donde, por empatía y curiosidad, otro trate de descifrar la ecuación donde la X siempre eres tú. 

Porque solo para quien realmente supongas un problema, te dejará de resolver. 

El resto, buscará en ti la solución.    

martes, 15 de noviembre de 2016

HERE AND NOW

Por eso hoy, si renuncias a ser perfecto, ven a equivocarte conmigo. Cuando quieras. Por eso hoy, si renuncias a ser perfecto, ven a equivocarte conmigo. Cuando quieras. Cuando decidas que lo mejor que podría habernos pasado es habernos hecho daño por habernos conocido. Cuando no te importen los rasguños ni las heridas. Porque mientras haya tiritas que puedan pegarse a base de besos, y cicatrices que puedan coserse a base de abrazos, el "resto", puede que termine convirtiéndose en un "todo".

Que con tantos "para siempres" vamos encargándole al futuro todo aquello que no somos capaces de construir hoy. Que es mejor querer a corto plazo, bajo intervalos reales de tiempo, que desquerer después, con el amargo sinsabor de aquellas decepciones que son las que más duelen: 

Las que tenemos con nosotros mismos.

Por eso voy a quererte como se quieren las cosas que realmente se disfrutan: aquí y ahora. Con condiciones. Con las que impliquen que quererte a ti nunca signifique quererte más de lo que debería quererme yo. La única persona para la que un "para siempre" nunca debería ser condición, sino obligación.

Y de esta manera, poquito a poquito, tu nombre será el destino de mi próximo viaje. Embarcaré en tus abrazos a tus primeros latidos para subirme a tus pestañas después. A continuación me sentaré justo en tu mitad porque, aunque no necesito una salida de emergencia, quiero notar cómo se vuela el mundo sobre tus alas

Porque quién necesita aviones teniéndote a ti.

Y es que tantos años investigando y yo tan pocos para descubrir que el universo puede leerse en braile bajo cada uno de los lunares de tu espalda. Para qué querré pisar la luna si, sin esfuerzo, consigo sentirme en ella cada vez que tus comisuras se deshacen de su timidezCada vez que además de en destino, me conviertes en el motivo de cualquiera de tus sonrisas.

Por eso ven. 

Tenemos razones suficientes por las que equivocarnos. No me guíes, acompáñame. Porque quiero una mano que me levante cuando tropiece e, incluso, que esté dispuesta a tropezar conmigo. Que yo nunca he tenido paciencia para leerme las instrucciones. Que yo siempre he sido más de corazón, intuición y ensayo-error.

Ensaya conmigo. 


Y cuando confort se convierta en conformismo, avísame. 
Porque si algún día nos convertimos en error y dejamos de vibrar, al menos, no podremos recriminarnos el no habernos intentado. Cuando no te importen los rasguños ni las heridas. Porque mientras haya tiritas que puedan pegarse a base de besos, y cicatrices que puedan coserse a base de abrazos, el "resto", puede que termine convirtiéndose en un "todo".

Que con tantos "para siempres" vamos encargándole al futuro todo aquello que no somos capaces de construir hoy. Que es mejor querer a corto plazo, bajo intervalos reales de tiempo, que desquerer después, con el amargo sinsabor de aquellas decepciones que son las que más duelen: 

Las que tenemos con nosotros mismos.

Por eso voy a quererte como se quieren las cosas que realmente se disfrutan: aquí y ahora. Con condiciones. Con las que impliquen que quererte a ti nunca signifique quererte más de lo que debería quererme yo. La única persona para la que un "para siempre" nunca debería ser condición, sino obligación.

Y de esta manera, poquito a poquito, tu nombre será el destino de mi próximo viaje. Embarcaré en tus abrazos a tus primeros latidos para subirme a tus pestañas después. A continuación me sentaré justo en tu mitad porque, aunque no necesito una salida de emergencia, quiero notar cómo se vuela el mundo sobre tus alas

Porque quién necesita aviones teniéndote a ti.

Y es que tantos años investigando y yo tan pocos para descubrir que el universo puede leerse en braile bajo cada uno de los lunares de tu espalda. Para qué querré pisar la luna si, sin esfuerzo, consigo sentirme en ella cada vez que tus comisuras se deshacen de su timidez. Cada vez que además de en destino, me conviertes en el motivo de cualquiera de tus sonrisas.

Por eso ven. 

Tenemos razones suficientes por las que equivocarnos. No me guíes, acompáñame. Porque quiero una mano que me levante cuando tropiece e, incluso, que esté dispuesta a tropezar conmigo. Que yo nunca he tenido paciencia para leerme las instrucciones. Que yo siempre he sido más de corazón, intuición y ensayo-error.

Ensaya conmigo. 

Y cuando confort se convierta en conformismo, avísame.Porque si algún día nos convertimos en error y dejamos de vibrar, al menos, no podremos recriminarnos el no habernos intentado.




jueves, 3 de noviembre de 2016

Las 5 fases de un beso


Cuántas veces ese momento ha significado el inicio de todo o, en cambio, el fin de tantas cosas. Cuántos recuerdos conservas aún con estos instantes en tu memoria. Cuántas veces ha aparecido en tus sueños, tomando protagonismo en tu inconsciencia, y cuántos suspiros te ha provocado. Ese instante, ese momento de interacción consta, ni más ni menos, de cinco fases. Verás:



1      Todo empieza cuando te das cuenta de que quisieras besarle. No importa que dudes: y es que, como mínimo, ya te lo has planteado. Así que, el beso, como casi todo, nace en nuestra cabeza. El impulso de nuestros instintos motivados por nuestras hormonas, y sumados a la imaginación potencial de cada uno, intensifican o apaciguan el deseo.


2     Si éste persiste, la siguiente fase se concentra entre los terribles intervalos “nubosos” de “lloverá o no lloverá”, es decir, “le beso o no le beso”. Ahí es cuando pierdes por completo el hilo de la conversación y la continúas casi por inercia, focalizando casi toda tu atención en sus labios. 

No sabes, aún, hasta qué punto estarías dispuesto a arriesgar “todo aquello que te impide besarle” por un solo roce. Es el momento en el que, de vez en cuando, tu mirada juega partida en dos direcciones: la primera, su boca. La segunda, sus ojos. Necesitas ir coincidiendo con los suyos para percatarte si también tus labios roban parte de su campo visual. Y es que, como alguien bien dijo: "El primer beso no se da con la boca, sino con los ojos". Necesitas saber si, aunque sólo sea por un segundo, ella también te los ha mirado y ha pensado en besarte. 


3    Y, cuando así es, te atreves.

Cierras los ojos y te abandonas a ese ansiado contacto que, hasta entonces, se había convertido en obsesión. Lo haces, sobre todo, por supervivencia. Porque aún sin saber si ganas o pierdes, si el beso es adecuado o no, necesitas pasar por ello para que tu cabeza pueda pensar en algo más que no sea en ese momento.

4    Entonces, pueden suceder dos cosas y, si somos optimistas y has sido un poco inteligente al percibir sus señales, el momento será correspondido. Y aquí será cuando, cada uno, personalice su modo de volverlo especial, con sus particularidades, costumbres, manías y trucos. En este momento, cualquier movimiento marca la diferencia. 

Ahí es cuando descubre si desearías que se quedara en tu boca para siempre trabajando o si lo despides antes siquiera de terminar su período de prueba. Ahí es cuando te das cuenta de si mintió en su CV o, si por el contrario, le juzgaste y por poco pierdes a un empleado cualificado potencial.

Esa es la prueba de nivel en los exámenes de inglés, la primera práctica de conducción o los psicotécnicos del cuerpo de policía. Un momento en el que te presentas en potencia, donde se empiezan a descubrir, ya a la práctica, por dónde emergen los puntos fuertes y en qué rincón intentan esconderse los débiles. 

Es decir: es cuando descubres si la química entre vosotros, existe o no. 

Si existe, este momento será de los principales en la historia que acontecerá. Sin embargo, no hay que olvidar que este momento simboliza, solamente, una puerta sin cerrojo, una puerta que te permite entrar en una habitación en la que, aún, no sabes qué te esperará.

5    No obstante, el futuro de esa habitación empezará a decidirse oficialmente a partir de la última fase del beso. Es en ese instante cuando las dos energías físicas que han provocado tal bomba hormonal, deciden separarse y mirarse a los ojos, los cuales expresarán estados emocionales que pueden encontrarse en la misma frecuencia, o no. Es entonces cuando se descubre la complicidad, o el arrepentimiento.

Y, entonces, y partiendo de la complicidad de un momento tan especial, se empieza un diálogo físico y emocional mediante comunicación no verbal en el que se empiezan a decidir los tamaños y la importancia del espacio descubierto.


Una puerta abierta por un beso. 

Una habitación donde, las paredes, se pintan de posibilidades.

sábado, 15 de octubre de 2016

Dolor. 

Por la incapacidad de sentir más de lo que necesitaría expresar. Dolor porque mi cuerpo no está preparado para experimentar una pérdida. Porque no nací para despedirme, sino para encontrarte. Para conocer a personas como tú en las que poder echar raíces. Para aprender a confiar y convencerme de que no estamos solos en este mundo. Y es que qué más me daba eso de que “nacemos y morimos solos”, si podía disfrutar de ti durante toda una vida. 

Cómo no voy a estar desesperada, si me he acostumbrado a una vida que ya no entiendo lejos de tu lado. Si necesitaría volver a nacer para ser otra persona y, así, no haber sido yo contigo. Tú, ti, contigo. Las palabras que más he usado después de haber aprendido a quererme a mí. 

Y ahora qué. Cómo se desaprende el que creías el mayor aprendizaje de tu vida. Cómo se desaprende a querer, cómo se aprende a olvidar. A sobrevivir sin la persona con la que imaginabas pasar el resto de tus días. Dime, cómo. 

Cómo se aprende a volver a sentir ganas, a sonreír, a vivir, a desear. Cómo se aprende a ser optimista cuando aposté por ti con los ojos cerrados, cuando la seguridad que me transmitías era todo lo que aliviaba cualquier inoportuna duda acerca de mi futuro contigo. 

Cómo se aprende a desaprender. Sobre todo cuando no quieres. Sobre todo cuando olvidarte es lo último en mi lista del manual de supervivencia. Cuando ni quiero, ni debo. Y es que olvidarte sería como si te hubiera matado en vida. Y tú, en vida, es lo que más he querido durante la mía.

Rabia. Porque nunca podremos cumplir los sueños de los que hablábamos cada noche. Porque los proyectos que tuvimos en mente serán los futuros rasguños de mis recuerdos. Porque al ser lo mejor que había conocido, te escogí a ti. Una elección que ha hipotecado el resto de mi vida. Y es que voy a tener que aprender a vivir contigo, pero sin ti.

Cuando alguien se va, no existe expresión capaz de definir aquello que siente el que se queda. Y qué me queda si no es contigo. Cómo me quedo yo en una vida que no contempla tu existencia. 

Soy los restos de lo que podría haber sido contigo. Soy los restos, los retales perdidos de mí misma. Soy lo que nunca hubiera imaginado ser, sintiendo lo que nunca pensé que podría sentir.

Soy los restos de los besos que han pasado por mi boca, de los dedos que me han tocado, del calor que he sentido a tu lado. Pero sobre todo, soy los restos de lo que ya nunca más será. Ay, cuando alguien se va.

Tú, la cicatriz incurable y el trauma para el que aún no se han inventado terapias. Tú, el final infeliz que ningún niño quisiera leer, una  huella en mi recuerdo, un vacío en mi futuro y, sobre todo... mi secreto.

jueves, 13 de octubre de 2016

De vez en cuando algún domingo me golpea la cara. 

Como hoy.  

Uno de aquellos domingos de invierno en los que se te hielan antes los recuerdos que las manos. En los que la distancia no hace más que alejar el olvido y el olvido, por lo tanto, se sienta a mi lado preguntándome cómo.  

Que cómo quiero hacerlo, que qué pautas le doy para llegar hasta su destino y conseguir un objetivo tan triste como sinsentido:  

Olvidarte. 
 
¿Por qué se empeñarán todos en usar al olvido? Hoy le he explicado que yo, personalmente, quiero dejarle en paz. Que su labor está en otra parte, que yo no quiero pasar las páginas de mi memoria si en los recuerdos no sales tú. Que me enseñaste tanto ayer que si me olvidara de ti estaría renunciando hoy a una parte de lo que soy, de lo que he sido y de lo que quiero ser. 

Porque sin memoria no hay identidad. 
Y, por eso, no quiero olvidarte. 

No quiero renacer sin las decisiones que un día tomé, sin las sonrisas que un día sentí y, por supuesto, sin los te quiero que día si día también se me escapaban entre los labios.  

Un te quiero que mantengo hoy.  
Y un te quiero, porque te querré siempre. 

Así que mientras se me escapa alguna lágrima congelada, de aquellas pocas que aún me quedan, repaso la lista de motivos por los que no pudo ser. Un montón de razones que se engloban en una sola. 

Que a veces, con querer, no es suficiente. 
Y es que lo  he intentado.

He intentado no sentir tanto para, de ese modo, evitar el dolor. El problema es que te siento incluso sin sentir. Porque no sé si se me rompió antes el futuro o el corazón. 

Lo siento.  

Porque luché durante tanto tiempo por cumplir nuestro proyecto de vida en común que me olvidé de cumplir las promesas más importantes: las que un día me hice a mí. Y hoy, tratando de reencontrarme conmigo misma, me doy de bruces con lo que más me duele: la certeza de que luché hasta el final por que nuestro futuro nunca fuera nuestro pasado. 

Así que ahora, con mi presente entre las manos, tengo que dejarte ir como la arena escurriéndose entre mis dedos. Los mismos dedos que, hace unos días, entrelazabas tú con los tuyos.

Así que sí. 
Imagínate cuánto dueles. 

Porque es mucho más que partir de cero. 
Es comenzar de nuevo.

Empezar otra vez pero, ahora, con todo lo que has aprendido. Con tus errores y con tus virtudes, con tus éxitos y con tus fracasos, con lo que te dieron y con lo que te faltó.

Es comenzar de nuevo, más que de cero, porque no estás volviendo hacia atrás. No se trata de desandar el camino recorrido, tampoco de borrar las huellas que te trajeron hasta aquí. Se trata de continuar en otra dirección, en aquella en la que no necesites perderte para encontrarte.  

Aquella donde, ahora, la brújula seas tú.

miércoles, 12 de octubre de 2016


Si aterrizaste en mi vida sin aparecer en el panel de llegadas. Si fuiste una inundación en verano y los 25 grados de invierno. 

Qué pretendías. 

Si te conocí cuando menos te esperaba, si entraste en mi vida cuando peor preparada estaba. Mi maleta siempre llena, lista para huir al mínimo percance, lista para escapar de nuevo, como siempre. Por eso funcionó: porque no hizo falta. Escogiste el avión sin escala, pagando por un vuelo directo a mí el más alto de los precios. Fuiste el agua en mi sofoco y la calidez en mis temblores. Eres lo que fuiste pero, además, eres porque serás. Y, por eso, cada paso contigo tiene sentido. 

Hoy viajo con la misma maleta y, sin embargo, llena de cosas distintas. Hoy ya no voy preparada, porque no necesito estarlo. Hoy, esa maleta, me la has llenado de confianza. Maldito el día en que no creí en ti. Perdóname con retraso. No recogí demasiados motivos para hacerlo. 

Tu aparición rompió mis esquemas pero esperanzó mis valores. Eres una caricia entre todas las bofetadas, la carcajada de mis peores días y el abrazo en mis momentos de soledad. Eres por todo lo que ya has sido pero, sobre todo, te recuerdo que eres porque serás. 

Desear continuar durmiendo sin dormir, sólo para fingir que el tiempo no entiende de relojes y, por lo tanto, no pasa por nuestros segundos, creyendo así que contamos con toda una vida para mudarnos a ese colchón. Despertar y que la realidad sea más hermosa que tus sueños y que, cada amanecer al mirarte, la sonrisa que se refleja en tus ojos sea más vertical en sus extremos que el día anterior. 

Que alarguemos los días y acortemos las noches para poder disfrutar conscientemente de la historia más bonita de nuestras vidas. Esa forma de amar que tanto duele. Esa forma de tenerte y sentirme vacía. Esa forma de llorarte aun sintiéndote parte de mí. Todo eso que sucede cada vez que te vas. 

Que desaparezcan todos los motivos que te alejan físicamente de mí. Que te quedes para quedarte. Que ya no haga falta ninguna cuenta atrás para otro de nuestros primeros besos. Que ya no tengas que marcharte. Que las caricias sean momentáneamente eternas y puedas volver a dibujar el rastro que dejó en mi piel la última que me diste. Que el eco de tu voz perdure hasta que vuelvas y que no deba ser yo quien perfume de nuevo la almohada para recordar tu olor. 

Te quiero por lo que ya has sido, por lo que eres y, sobre todo, por el PARA SIEMPRE que serás.



martes, 11 de octubre de 2016

He decidido que voy a susurrarte sensaciones, no palabras. He decidido que voy a devolverte lo que me haces sentir. Que hoy, en este momento, serás capaz de entender cada escalofrío que recorre esta piel que un día prohibió volver a emocionarse con alguien.

En un segundo ha desaparecido el pestillo que me llevó años poner. En un segundo me has demostrado que íbamos por la doceava edición, y que yo sostenía la primera edición de la Biblia en mi mano. Me demostraste que las cosas habían cambiado, y que yo seguía siendo igual.

Me has demostrado que las mejores cosas de la vida existen cuando la persona que te lleva de la mano es quien te las enseña. Me has demostrado que aún con venda en los ojos, se puede ver mediante telas transparentes. Me has demostrado que tras cada generalización se esconde un cobarde, y que tras cada excusa para enamorarse se esconde una historia frustrada. 

En este tiempo me has demostrado que las priorizaciones sólo tienen sentido cuando lo que priorizas vale realmente la pena. Y que la pena deja de ser pena cuando lo que has priorizado consigue curarla.

En estos meses has descubierto la mejor parte de mí. Y yo, también. Y es que has aparecido para inventarme. Has aparecido para crear en mí aquellas facetas que ni yo conocía. Para demostrarme que todo es posible y que, para querer, uno se ha de esforzar.

Porque con querer no es suficiente. Por eso, me has enseñado a alimentar con cuidado cada logro, a cuidar con esfuerzo cada día, a tener detalles inesperados o, incluso, a tenerlos aunque se esperaran.

Me has demostrado que no es que lo bueno exista, sino que existe lo mejor. Y que de lo mejor, yo he conocido lo óptimo. Me has regalado la oportunidad de deshacer en pedazos mis esquemas y prejuicios, de construir escaleras para saltar muros.

Hoy, he decidido ser yo contigo. Porque te has merecido la mejor parte de mí.



domingo, 2 de octubre de 2016

viernes, 30 de septiembre de 2016

No soy guapa, ni tengo los ojos bonitos. Soy de las chicas que cuando ven al típico chico que está bueno le pego un codazo a mi amiga y cuando veo a uno feo por la calle le grito: "Mira, ahí está tu novio"
Soy de esas a las que se le gana con un par de palabras bonitas, y si es a la cara mejor. Hay días en los que lo único que me apetece es sonreír, no buscarle fallos a nada, vivir todo cual venga, sin preocupación alguna, vivir con una sonrisa, como una niña pequeña. Canto en la ducha la canción más penosa del mundo, arriesgo al máximo con los bordillos en las aceras. Necesito mi tiempo para todo, pero odio que los demás me hagan esperar.
Sí, también la que se equivoca todos los días, la que necesita llorar y gritar cuando tiene un mal día, a quién le vuelve loca reír hasta llorar con sus amigas, la que canta pero no baila, la que a veces salta en la calle sin pensar en nadie, yo soy la que está todo el día pensando en ese chico y la que siempre,repito, siempre, le echa de menos. La que daría absolutamente todo por su familia y sus amigos, y a la que le afecta todo demasiado, 
Si, puede que no sea la persona m.ás fuerte, más valiente o más decidida. Puede que me equivoque muchas veces, demasiadas quizás... Puede que me de cuenta de lo que quiero cuando ya no lo tengo, que mi lista de caprichos sea larguísima, que los malos momentos sean muchos, pero que los bueno los superen, Puede que complique lo fácil, puede que tropiece mil veces con la misma piedra, puede que me caiga, pero también se que me volveré a levantar

miércoles, 7 de septiembre de 2016

A veces...👓💭💫

¿Sabes? Con el tiempo descubrí que no hay monstruos en el armario y que lo finales no son como cuentan los cuentos. Que no existen los Reyes Magos, ni tampoco el ratoncito Pérez. Que los malos no son tan malos, ni los buenos son tan buenos. Que no siempre llueve en invierno, ni te mueres de calor en verano. Que los conciertos están para gritar y dejarse la garganta. Que cuando quieres que algo ocurra, no ocurre, que siempre ocurrirá cuando menos te lo esperes. Que a los chicles siempre se les va el sabor y los helados siempre se acaban derritiendo. Que a veces una ducha fría sienta igual de bien que una de agua caliente. Que no hay calcetines para el pie izquierdo y tampoco para el derecho. Que a veces, la persona que más feliz aparenta estar, es la que mas apoyo necesita. Que el primer baño de verano es el mejor y que los paseos por la playa siempre te achicharran la espalda. Que las medias siempre se terminan rompiendo y que los tacones a las 5 o 6 de la mañana están en tus manos. Que el último trocito del paquete de chocolate es el que sabe mejor. Que siempre que bosteces alguien lo hará contigo y que siempre que comas palomitas de microondas, unas pocas quedarán sin hacer. Que los besos a escondidas siempre saben mejor y que en el lugar más inesperado te encontrarás a quien tando deseabas ver, porque el mundo, es un pañuelo. Que hay personas que no valen la pena, pero que hay que otras que  de repente, llegan, y te cambian la vida, para siempre.

miércoles, 31 de agosto de 2016

AMOR DE VERANO🌺🐝


Quiero sentir esa sensación. Estar sentada junto a él, en una playa, en una piscina, en un parque, ¿qué más da el lugar?
Quiero sentir su mano rozar mi cara y que poco a poco se vaya acercando más a mi hasta que sus labios toquen los míos y nos fundamos en un beso. Quiero sentir que me protege, quiero un abrazo bajo la luna, un 'te quiero' susurrado y miles de promesas que posiblemente no se cumplan.

Quiero miles de palabras suyas, una canción de amor que nos identifique a los dos, y bailar bajo la lluvia sin temor al agua.

Quiero sentir mariposas en el estómago cuando me mire a los ojos. Quiero que no me de mi último beso, que me coja la mano y me lleve a un lugar lejos, lejos de aquí.

Pero los días pasarán, y el verano acabará. Tanto él, como yo, nos iremos y todo habrá acabado.
Nos quedará un recuerdo, si, un bonito recuerdo, de nuestro amor de verano.