Espero estés bien. Te escribo porque se me hace muy difícil decir todo lo que tengo dentro personalmente. Ordenadamente. De esta manera puedo expresar mejor todo lo que estoy sintiendo.
Se me viene a la cabeza una y otra vez el día en el que te conocí. Se me vienen a la cabeza una y otra vez todos nuestros buenos momentos, todas nuestras aventuras, nuestras salidas, nuestras risas, nuestros planes que no se podrán realizar. Nuestras promesas que no podrán ser. El futuro que me imaginé a tu lado.
Solo Dios o el destino sabe porque pasan las cosas, porque nos tenemos que separar así. No te puedo decir que estoy bien. Siento un hueco en el lugar donde suele estar el corazón. Siento una piedra en el estómago y un miedo a la nostalgia que sentiré cuando no te vea, cuando sepa que todo terminó.
Igual quiero decirte que fui muy feliz a tu lado, que me enamoré mucho de ti y que creo que aunque no lo sepa, aunque no note o no lo quiera aceptar, siempre estaré un poco enamorada de ti toda mi vida. No quiero que nos volvamos dos extraños. No quiero encontrarte un día por la calle y mirarnos como si no nos conociéramos cuando en realidad conozco y no olvidaré, cada centímetro de tu cuerpo.
Quiero al menos para consolarme, que conversemos si es que ese día llegara. Si nos encontramos después de un tiempo, cuando no duela mucho vernos, quiero saber de ti, si estás bien, cómo te ha ido y conversar comoamigos, aunque sé que será difícil vernos como tal.
Tal vez sea mejor no vernos por un buen tiempo. Esperar a que las llamas se apaguen y asegurarnos de que las cenizas no puedan encenderse nuevamente. Porque no quiero lastimarte ni lastimarme. Porque no me gustan las falsas ilusiones.
Quiero que sepas que siempre desearé lo mejor para ti. Que siempre te tendré un lugarcito en mi corazón, que serás siempre un gran recuerdo. Un recuerdo que no quiero olvidar y que siempre evocaré con cariño. Gracias por lo que me diste, por lo que me enseñaste, por todo lo que me aguantaste y por haberme hecho feliz.
Me despido de ti amor. Siempre te llamaré así, porque es ya una costumbre. Porque ni mis labios ni mi corazón te podrán llamar de otra manera. Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario